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EL CULTIVO DEL SILENCIO

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EL CULTIVO DEL SILENCIO, alejarse del mundanal ruido.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente nos alerta del exceso de ruido, la contaminación acústica parasita las urbes donde vivimos presentándose como una amenaza declarada para la salud pública mundial.

Sonidos artificiales prolongados que menoscaban la salud provocando 12.000 muertes prematuras cada año en la Unión Europea. Acarreando molestias crónicas, enfermedades cardiacas, metabólicas, discapacidad auditiva y deterioro en la salud mental.

Este retrato actual es una llamada de urgencia al cambio de nuestra conducta: NECESITAMOS SILENCIO.

Un trabajo desde un análisis individual consciente implicaría un “vuelo con el búho de Minerva” para poder abrir los ojos, y dar un paso en el abandono de estandartes actuales que no presentan una salida evolutiva para la conciencia, porque no están amparados ni avalados por patrones de Vida. Por este motivo somos testigos y cómplices en primera plana de una vida disruptiva.

En este momento parte de nuestra energía está empleada al servicio de un modelo erróneo de “laboratorio social” que lleva implícito una obsolescencia programada que debilita los cimientos éticos y morales.

Hoy más que nunca el ser humano tiene que hacer una religación con su fuente de sintonía interior para recuperar el contacto con su esencia cada vez más distante y silenciada.  

La práctica del silencio es la llave de apertura de esta prisión construida con materiales disonantes y ambigúos. El silencio es un acto de osadía frente a la convulsión disrítmica constante, pero también un antídoto que desde niveles profundos y sutiles restaura y edifica un nuevo orden, construye entonces a un nuevo hombre.

El ruido en el mundo físico generado por el hombre, tiene que ser sanado por el hombre a otro nivel más sutil de su conciencia.

Hay una necesidad de desarrollo interior ordenado y armónico. Hay una necesidad de esta conducta cotidiana y perdurable que sea capaz de dejar huella interna y que se propague en eco concéntrico hacia fuera.

Expresar esta realidad de silencio al mundo, es volcar en el Campo de la Vida material un orden conductivo que climatizará un nuevo ámbito.

Como decía Gautama Buda:

¨No hay ruido en el mundo, no hay paz en los Himalayas. Ambos están dentro de ti.”

Cris Parga

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