Respirar correctamente ayuda en el día a día liberando ansiedad y dolores físico emocionales. La respiración se puede aprende y practicar de forma cotidiana e incluirla en la jornada laboral como un trabajo muy positivo y benéfico.
La costumbre de vivir con una rutina permanentemente estresora ha hecho que incluso no siempre se sepa identificar cuando hay ansiedad. Síntomas como el insomnio, dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, tensión muscular, presión arterial alta, problemas cardiacos, obesidad o malestar de estómago, sean todas ellas señales indicadoras que tienen que hacer replantear el modo de vida individual y la necesidad de adaptar el ritmo a una forma asumible y no nociva.
Con decir “tengo que relajarme” no basta. Aprender a calmarse es fundamental y una de las herramientas a mano y que es una respuesta en este aspecto, es la respiración.
En esta materia, la práctica es fundamental. Como en cualquier otra disciplina que se emprende, al principio uno se tiene que declarar incompetente; pero la constancia diaria en una pauta respiratoria correcta, habilitarán y darán a luz capacidades amortiguadoras y moduladoras del estrés y ansiedad.
El sistema nervioso es responsable de crear calma y tranquilidad, pero estas sensaciones son interrumpidas por las posturas laborales sostenidas en las largas jornadas de trabajo. Muchas horas sentado o de pié van a generar tensión en el abdomen y en la columna, secuestrando así el buen funcionamiento respiratorio.
La respiración consciente trabaja liberando la musculatura del diafragma y del abdomen, generando una amplitud no sólo física, sino también un ensanchamiento mental y una liberación emocional, promoviendo hormonas que fluirán a través del torrente sanguíneo bañando y sedando literalmente a todo el organismo.
Aquí te propongo una simple práctica que puedes realizar antes, durante o después del trabajo.
– Sentado o tumbado en un lugar tranquilo, acomoda tu cuerpo y cierra suavemente los ojos.
– Lleva la mano izquierda sobre tu abdomen y la derecha sobre tu pecho. Siente el movimiento respiratorio como una ola mientras exhalas e inhalas.
– Permite que la respiración se calme y amplíe sin esfuerzo. Relaja cada parte de tu cuerpo.
– Observa como tu corazón es abrazado por tus pulmones y ritmo se va relajando.
– mentalmente recuerda esto:
TODO LO QUE NECESITO PARA VIVIR ES RESPIRAR.
TODO LO QUE NECESITO PARA SER FELIZ Y PLENO ES LA QUIETUD DE ESTE MOMENTO.
Si practicas todos los días aunque sea por un par de minutos esta respiración, comenzarás a encontrarte mejor, las sensaciones de estrés y ansiedad se irán diluyendo.
En todos mis años de profesión he constatado que no existe ningún medicamento tan eficaz, económico y sin ningún efecto secundario como la respiración. Aprenderla y hacer un hábito saludable de ella, es una forma de ampliar la vida haciéndola más amable y llena de sentido.
Cris Parga